domingo, 14 de agosto de 2011

A la Ciudadela en chevrolet

Al llegar a la frontera jordana, y explicar a los aduaneros lo sucedido, sugieren que el hecho de que hayamos estado anteriormente en Siria puede haber sido el motivo para el comportamiento tan estúpido de los funcionarios de allenby. En cualquier caso hemos vivido una experiencia más en este viaje; negativa, pero experiencia al fin y al cabo.
Ahmad ha llamado a Halil, quien viene a llevarnos a la casa de Amman de nuevo. Aquí permaneceremos unas horas, comiendo, intercambiando impresiones sobre lo acontecido, descansando, y después, aprovechando el tiempo para hacer un nuevo escarceo por la ciudad, y para visitar un supermercado, el cual se asemeja a los que estamos habituados en occidente. Únicamente cambian los diferentes productos que en Amman se pueden encontrar, el idioma en el que aparecen los rótulos, los precios, y que aquí cierran antes en época de Ramadan, para que la gente se vaya a romper el ayuno. Por lo demás, todo es igual.

Por la noche nos vamos a ver algo que teníamos pendiente, la Ciudadela. Dos días antes, cuando pasamos por la tarde, se encontraba cerrada, pero en esta ocasión confirmo que merecía la pena volver aquí.
Tras el pago de los tickets, entramos. Nos ha traído el hermano de Mariana (la cuñada de Ahmad) en su flamante chevrolet. Un modelo antiguo que rápidamente nos embelesa, sobre todo a Mariví. Este coche, este paseo que estamos a punto de iniciar por la Ciudadela... Me doy cuenta de que en este maravilloso viaje por tierras árabes no dejo de sorprenderme.

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