domingo, 14 de agosto de 2011

El templo de Hércules

Continuamos nuestro paseo por la Ciudadela. Hay un concierto de música ligera árabe, y en concreto libanesa, según nos aclara Ahmad con indisimulado orgullo.
Terminamos muy a mi pesar el paseo por un recinto que ha estimulado plenamente mis sentidos. Aunque aún nos queda algo más que ver...
No sé cómo ni por qué, pero de pronto me encuentro con que una señora, que resulta ser la directora de las excavaciones de las ruinas romanas que vemos al fondo, posibilita que se nos permita el acceso a dicha zona de la Ciudadela, en ese momento cerrada al público. Y no solamente nos permite la entrada, sino que además es nuestra guía. Vaya suerte que tenemos; una vez más.
Damos un paseo por allí, mientras la directora nos va explicando en inglés lo que estamos viendo. Al poco tiempo de habernos despedido de esta señora, volvemos a entrar, en esta ocasión cuando abren las puertas al público en general. Y con los turistas entra una pequeña horda de romanos (de empleados vestidos de tal guisa), que ambientan un poco el lugar.


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