Tenemos la intención de visitar también otra conocida ciudad, Beiteddine, aunque el paso hacia allí está cerrado por militares, al parecer por la llegada del tal mandatario religioso a la zona. Nos permiten, aunque a regañadientes, que saquemos un par de fotos desde arriba, y continuamos viaje.
Aún tardaremos un rato en iniciar la ascensión hacia el bosque de cedros Barouk, que es el que Ahmad escoge de entre los que se encuentran en la reserva del Chouf. Las vistas durante la subida, para quien las quiera contemplar, son magníficas. Para mí sin embargo resulta más agradable llegar arriba.
El espectáculo que aquel parque natural nos ofrece, su verde, sus árboles, sus cedros principalmente, no me sorprende, mas no por ello me reconforta menos. Ahmad nos espera en la entrada, los demás nos adentramos en el camino junto con sus hijos, que serán por sí mismo otro espectáculo.
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