miércoles, 3 de agosto de 2011

El baile inesperado

El día aún no había terminado. Tras visitas turísticas, tras callejear por Beirut, en exceso quizá, nos quedaba la noche. Y ahí es donde conocimos La bodeguita del medio. Un local cubano, muy caro, pero con cierto aire entrañable.
Allí fuimos, según Ahmad, para encontrarnos con una amiga suya y unas mexicanas que la acompañaban. En realidad mexicana no hubo, sí españolas, libanesas y una venezolana. Maja gente. Tomamos algún refrigerio, que algunos bebíamos con extrema lentitud dado su elevado precio, y comimos algunas delicias gastronómicas. De hecho, cualquier comida de las que probamos en suelo libanés yo la catalogaba como muy buena o excelente.
Y tras ello llegó la orquesta, y el baile. Las canciones, todas conocidas por un público hispanoparlante, mayoritario en aquel pub, provocaron fueran escasos los que permanecieron en sus asientos. Incluso, ante mi inconfesado asombro, Mariví y Álvaro se animaron. Es más, fueron los primeros atrevidos de nuestra mesa. Por descontado, puesto que este blog no aborda la crónica rosa, no he incluido ninguna foto de aquel su baile. Aunque si alguien paga adecuadamente la exclusiva (y a mí se me concede alguna comisión)...



Tras disfrutar un buen rato en La bodeguita del medio, con conga popular y un baile de curiosa coreografía incluidos, fuimos con dos españolas a otro bar, y tras ello nos despedimos. Llegamos a casa a horas algo tardías, donde una impagable cama de Spiderman aguardaba el reposo tan merecido en un largo e intenso día libanés. Otro día, uno más para recordar con una sonrisa.

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